Esta es una costumbre que promediando el siglo pasado constituía una verdadera tradición: las revistas de gimnasia en las que nuestros estudiantes lucían las destrezas físicas aprendidas durante el año escolar.

Y el estadio Fiscal, ubicado en el entonces Callejón de La Chimba (que en la gráfica se puede observar al fondo, flanqueado por los pinos) se colmaba de público de todos los estratos sociales (en esa época nuestros niños no estaban separados en colegios municipales y privados) se reunía para disfrutar del espectáculo.

También eran invitadas autoridades y la banda de música de la ciudad.
Toda una jornada de fiesta.