El 20 de diciembre del 2013 las puertas del Teatro Municipal de Ovalle se abrieron para recibir a las más de 500 personas que fueron testigos de su reinauguración, en la cual el clásico teatral chileno “La Pérgola de las flores” fue el encargado de darles la bienvenida a este importante recinto cultural.
Este 2018 se cumplen 5 años desde este histórico momento, en el que la ciudadanía cultural de Ovalle volvió a contar con este extraordinario teatro, en el cual –hasta la fecha- más de 100 mil espectadores han disfrutado del talento de artistas locales, regionales, nacionales e internacionales.
Para celebrar este gran hito cultural, la Ilustre Municipalidad de Ovalle a través de su Corporación Cultural ha preparado una gran programación, que cobrará vida desde el lunes 17 hasta el sábado 22 de diciembre. El alcalde de Ovalle, Claudio Rentería Larrondo extendió la invitación a toda la comunidad para que sea partícipe de cada una de las actividades y eventos. De igual forma destacó la importancia de “contar no sólo con una gran infraestructura, que alberga tanto a ovallinos como a quienes nos visitan, sino con un sólido plan de gestión que ha permitido que semana a semana el TMO cuente con importantes montajes de danza, música, teatro y espectáculos extraordinarios, logrando el reconocimiento del público, artistas y gestores a nivel regional y nacional”.
Para que una compañía pueda entregar un buen espectáculo debe realizar varios ensayos, previos a su presentación, los cuales hace a puerta cerrada para coordinar tanto la iluminación, sonido como cada una de las apariciones en escena de los actores. Para comenzar la celebración de este 5° aniversario, el TMO por primera vez abrirá sus puertas -este lunes 17 de diciembre a las 19:00 horas- para que el público pueda vivir la experiencia de un ensayo, se trata de la pasada a la italiana de la obra “Hechos Consumados”, donde los asistentes podrán ver como se produce la magia del teatro.
En tanto, el día martes 18 de diciembre a las 20:00 horas rememoraremos historias con un espectáculo preparado por los adultos mayores, quienes a través de la música, la danza y el teatro deleitarán con su talento al público se den cita en esta velada. Mientras que el miércoles 19 las agrupaciones folclóricas RAIN, RAIMAPU, PAIHUÉN Y BACUFO nos harán viajar por Chile de norte a sur, incluyendo el característico ritmo de Isla de Pascua así como los mitos y leyendas mapuches y chilotes.
Para continuar con la celebración, el día jueves 20 una obra de danza de artes integradas, interpretada por el elenco de danza del Colegio de Artes Eliseo Videla Jorquera bajo la dirección de Mónica Díaz, permitirá admirar y transmitir las tradiciones artísticas y culturales de Chile, mezclando la danza, las artes visuales, con la aparición de personajes mitológicos del reino de las aguas y terrenales propios de la Isla de Chiloé, a través del mito del barco fantasma o buque del arte o Caleuche que navega errante por los mares y ríos de la isla de Chiloé, tripulado por los brujos y protegido por personajes mitológicos de agua y de tierra como la Pincoya, el Millalobo el Imbunche la voladora.
El día viernes 21 los destacados actores Alejandro Goic y Amalia Kassai serán los protagonistas de un reencuentro entre un padre que luchó por el plebiscito y una hija que cuestiona sus ideales, dando vida a “Cuestión de principios” la aplaudida obra dirigida por Jesús Urqueta (“Arpeggione”, “Prefiero que me coman los perros”). A partir de las 20:00 horas los asistentes al TMO presenciarán un debate frente a frente entre un padre que reivindica la legitimidad e inevitabilidad del compromiso colectivo anti-dictatorial, y una hija que cuestiona los ideales de su progenitor desde el individualismo y que esgrime el abandono como una deuda pendiente.
Para cerrar con broche de oro, la Compañía de Teatro del TMO estrenará su séptimo montaje “Hechos Consumados” una pieza teatral -del dramaturgo Juan Radrigán, dirigida por Marcelo Saavedra y protagonizada por Sebastián Cerda, Carolina Mallea y Nicolás Castillo- que evidencia la crudeza de la vida, la soledad en la que se estaban inmersas las personas que habitaban la periferia de Santiago, donde las tragedias internas y las familias terminan por dejarlos en la más absoluta soledad.